El Evangelio de hoy, Juan 21, nos recuerda que la resurrección de Jesús es una invitación a estar presentes en el mundo, no para contemplarlo, sino para transformarlo. La resurrección de Jesucristo es la piedra angular de la fe cristiana, simbolizando la victoria sobre el pecado y la muerte. Este acontecimiento crucial no es solo un acontecimiento histórico, sino también un poder transformador que influye en la vida cotidiana de las personas creyentes. La resurrección empodera a los cristianos para vivir en una vida nueva, ofreciendo esperanza, fortaleza y propósito.

Sin embargo, debemos recordar constantemente que para quienes siguieron a Jesús durante su ministerio, la resurrección física no era tan importante como practicarla. En otras palabras, practicar la resurrección es estar presente en solidaridad con el mundo, acompañando y sirviendo. No es escapar del mundo; es traer el cielo a la tierra. No es una práctica de Semana Santa; es un estilo de vida permanente de transformación y renovación, tanto para nosotr@s como para el resto del mundo. Por eso, la resurrección como estilo de vida es una forma de estar activamente presente en este mundo.

I-Seis (6) Lecciones Clave de Juan 21

1. El Poder de la Obediencia: En Juan 21, l@s discípul@s experimentan una pesca milagrosa tras seguir las instrucciones de echar la red a la derecha de la barca, lo cual es la izquierda de Jesús. Esto nos enseña la importancia de obedecer la palabra de Dios. Como dijo Jesús: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos» (Juan 14:15). Cuando alineamos nuestras acciones con su guía, nos abrimos a sus bendiciones y provisión.

2. Reconociendo a Jesús en la Vida Cotidiana: Al principio, l@s discípul@s no reconocieron a Jesús en la orilla. Esto nos recuerda que debemos estar atent@s y conscientes de su presencia en nuestra vida diaria. En nuestras rutinas, recordemos que Jesús siempre está cerca, guiándonos y apoyándonos, incluso cuando no lo vemos de inmediato.

3. Restauración y Perdón: La triple negación de Pedro a Jesús se corresponde con una triple afirmación de amor en este capítulo. Jesús le pregunta a Pedro: «¿Me amas?» (Juan 21:15), ofreciéndole un camino hacia la restauración. Esto resalta el perdón infinito que tenemos a través de Cristo, animándonos a buscar la reconciliación y la sanación en nuestras relaciones.

4. El llamado a servir: Jesús le encomienda a Pedro: «Apacienta mis ovejas» (Juan 21:17), enfatizando el llamado a servir a las demás personas. Como seguidor@s de Cristo, estamos invitad@s a cuidar de quienes nos rodean, compartiendo su amor y verdad. Nuestro servicio es un reflejo de nuestra fe y un testimonio del poder transformador del Evangelio. El verdadero liderazgo y discipulado implican cuidar de las demás personas, lo cual es ejercitar nuestra espiritualidad.

5. La importancia de la comunión: La comida compartida de l@s discípul@s con Jesús en la orilla subraya el valor de la comunión. Reunirse fortalece nuestra fe y fomenta un sentido de comunidad. Como nos anima Hebreos 10:25: «No dejemos de congregarnos, como algunas personas tienen por costumbre, sino anímense unos a otros y otras».

6. Confiar en el plan de Dios: Jesús insinúa el futuro de Pedro, indicando el tipo de muerte que enfrentaría. Esto nos enseña a confiar en el plan de Dios, incluso cuando implique desafíos o sufrimiento.

II- Aplicando Juan 21 a nuestro estilo de vida de resurrección.

Juan 21 no es solo un relato histórico; es una guía para tu camino de fe.

• Confía en la guía de Jesús: Como l@s discípul@s con sus redes, confía en que Jesús sabe dónde están los mejores resultados. Sigue su ejemplo, incluso cuando parezca contradictorio.

• Acepta la restauración: Si has tropezado, recuerda la restauración de Pedro. Jesús ofrece perdón y un nuevo propósito. Acéptalo y sigue adelante con un compromiso renovado.

• Sirve a las demás personas: Toma en serio el mandato de Jesús a Pedro. El verdadero liderazgo y el discipulado implican cuidar de las demás personas, no solo enfocarse en tu propio camino espiritual. Además, Jesús les preparó el desayuno. Fuimos llamad@s a servir, no a ser servidos.

En el contexto de este Evangelio de Juan 21, quiero dejarles cuatro palabras clave que definen el discipulado y las maneras de construir iglesias. Y me parece que estas se convierten en cuatro paradigmas de acción interrelacionados, interconectados y que se vuelven interdependientes. A través de ellos, vivimos la resurrección de Jesús porque son un llamado a la fe en acción.

Paulo Freire: La teología de problematizar a quienes oprimen.

San Romero de América: Teología de molestar a quienes quieren controlarnos.

Papa Francisco: Teología de causar problemas a quienes se sienten muy cómodos con la indiferencia.

Padre Luis: Teología del moriviví, donde no buscamos sobrevivir; solo queremos vivir. El moriviví es una planta nativa de la isla de Puerto Rico cuyas flores desaparecen al tocarlas y reaparecen minutos después. Siempre está en estado de vigilancia, dormida y alerta. Esto nos muestra que nuestros ministerios deben estar siempre a la ofensiva, trayendo el cielo a la tierra.

De nuevo, el Evangelio de hoy, Juan 21, nos recuerda que la resurrección de Jesús es una invitación a estar presentes en el mundo, no a contemplarlo, sino a transformarlo.

Amén y Ashé.

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