Amós 7:7-17; Salmo 82; Colosenses 1:1-14; Lucas 10:25-37
Quinto Domingo después de Pentecostés – Domingo, 13 de julio de 2025
El simbolismo de la plomada en la Biblia es un tema fascinante que transmite un profundo significado espiritual. Desde el uso que Dios le dio en el Antiguo Testamento hasta su representación metafórica de cómo debemos vivir hoy, esta sencilla herramienta de construcción tiene un profundo significado.
Según este pasaje, Dios está reaplicando la plomada de la Ley para mostrarle a Amós cuánto el pueblo se había alejado de su norma perfecta. Y cómo él, Dios, no los perdonaría más.
En otras palabras, su paciencia con Israel se había agotado y él traería sobre ell@s el juicio que su pecado exigía.
Si bien Amós quizás ofrece la referencia más contundente a la plomada, hay otros versículos del Antiguo Testamento que usan la misma analogía. Amós comienza a denunciar la injusticia. Dice la verdad a los poderosos para que las cosas cambien.
- ¿Cómo pudo esta injusticia provenir de personas a quienes una vez se les negó la
justicia y fueron esclavizadas en Egipto? - ¿Cómo pudo ser esto si son hijos e hijas de Abraham, elegidas, privilegiadas y
con pacto de ser una bendición para las naciones, cuidar de la persona extranjera y
la persona pobre, proclamar la salvación de Dios en palabra y obra? - ¿Cómo pudieron hacerles esto a seres humanos amados por Dios, hechos a su
imagen y semejanza? - ¿Cómo pudo suceder esto si aún adoran al único Dios verdadero y viviente que
los rescató de la opresión y los estableció en la Tierra Prometida?
Ese era el problema: su adoración estaba llena de hipocresía, pura apariencia.
Mostramos algo, pero no es la verdad de nuestro corazón y alma. Era torcido
y sus corazones se torcieron. - La gente asistía fielmente al culto, haciendo ofrendas y sacrificios rituales.
- Sin embargo, se volvieron apátic@s ante la injusticia o la aceptaron abiertamente.
- Su adoración no cambió sus acciones, ni afectó sus decisiones, ni les dio ojos
para ver a cada persona como una hija o hijo amado de Dios, digno de respeto,
dignidad y acceso a los recursos que todos necesitamos. - Su adoración estaba desconectada de cómo trataban a las personas.
Como personas creyentes, estamos llamad@s a vivir conforme a los principios y enseñanzas de Dios. La plomada nos recuerda que Dios tiene expectativas para su pueblo y que somos responsables ante él por cómo vivimos. Así como un constructor debe revisar constantemente la plomada para asegurarse de que todo esté recto y correcto, debemos compararnos constantemente con la palabra de Dios para asegurarnos de que caminamos en rectitud.
Como creyentes, es importante que reflexionemos sobre la metáfora de la plomada en nuestras propias vidas. ¿Estamos a la altura de los estándares de Dios?
¿Vivimos en armonía con su palabra y su voluntad? Estas son preguntas esenciales que debemos hacernos si queremos honrar a Dios con nuestras vidas. Como creyentes, debemos compararnos constantemente con los estándares de Dios y alinearnos con su palabra y su voluntad.
¿Cómo sería que Dios sostuviera una plomada junto a nuestras vidas, junto a nuestros corazones? ¿Se mostrarían como verdaderas? ¿Se mostrarían vivas y fluyendo con gracia, esperanza, justicia y misericordia, provenientes de la misma adoración a Dios? ¿O se mostrarían como torcidas y desviadas?
¿Cuál es la moraleja o lección de la parábola del Buen Samaritano? La parábola del Buen Samaritano nos enseña varias lecciones, pero la esencia del mensaje es amarnos un@s a otr@s. Incluso si estamos ocupad@s, cansad@s, llegamos tarde, no los conocemos o no nos agradan ni sus creencias religiosas, seguimos llamad@s a amar.
La moraleja del Buen Samaritano nos enseña: Amar a tu prójim@ como a ti mism@ significa amar a todas las personas; ayudar a quien necesita ayuda es ayudar a Cristo; Lo único que importa es lo que haces; no dejes que las etiquetas te engañen (sacerdote); no busques una recompensa.
¿Cómo esta tu plomada ante Dios hoy?
Amén y Ashé
Puedes ver esta reflexión en Youtube.
También puedes leer todos los sermones del Padre Luis Barrios en la sección de Sermones.